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Esta parroquia es la única de la isla que tiene su planta en forma de cruz o “tau” y en ella se pueden observar diferentes pinturas al fresco.
En el pueblo de Sant Miquel de Balansat, en el municipio de Sant Joan de Labritja (a apenas 3 minutos de Villa Can Coves), puedes encontrar una de las iglesias más peculiares y bellas de Ibiza. La Iglesia de Sant Miquel es un templo fortificado de los más antiguos de la isla, cuyo origen se remonta entre los siglos XIII y XIV.
En el plano arquitectónico destacan, además de su planta en forma de cruz o “tau” (elemento único en las parroquias de Ibiza), el enorme patio de la entrada, las dos capillas laterales (la de Benirràs y la de Rubió) y la recientemente restaura cenefa que se distribuye a ambos lados de la nave principal.
La iglesia se levantó sobre las ruinas de una antigua alquería, la de Balansat, que fue la propiedad de una importante familia mozárabe. Diversas modificaciones en los siglos XVIII y XIX han eliminado algunas de sus características almenas, pero aun así se puede seguir apreciando el carácter de fortaleza que tiene el templo para protegerse de ataques piratas.
Durante los meses de verano, cada jueves podrás asistir a una exhibición de “ball pagés" (el baile típico de la cultura ibicenca). Y los domingos, además de otra exhibición de “ball pagés" y de la misa que se oficia en la iglesia, también se organiza un mercadillo artesanal que es digno de visitar.
La Iglesia de Sant Miquel está abierta todo el año. Las misas tienen lugar el sábado a las 18:30 y el domingo a las 10:30 (en invierno) y el sábado a las 20:00 y el domingo a las 10:30 (en verano). Fuera de esas horas se pueden visitar los alrededores e interiores de la Iglesia sin restricciones, ya que suele estar abierta al público durante todo el día.
Si visitas este templo, además de la paz y tranquilidad que se respira en la zona, también tendrás oportunidad de contemplar diversas pinturas al fresco con motivos religiosos, históricos, geométricos y florales. Frente a la iglesia se encuentra también la estatua de Marià Villangómez, escritor y poeta ibicenco, quizás el más importante e influyente de la isla.
Villangómez, que falleció en 2002, escribió a lo largo de su vida todo tipo de obras: teatro, narrativa, traducciones, textos autobiográficos, … Pero donde realmente destacó fue en la poesía, convirtiéndose en un icono de la cultura de Ibiza que hoy tiene su homenaje frente a la Iglesia de Sant Miquel. La estatua se colocó en el año 2005.
El paseo que lleva a lo alto del Puig de Missa, el monte donde se asienta la Iglesia de Sant Miquel, aunque con una considerable inclinación, es una delicia para los sentidos, ya que esta zona es la más alta de los alrededores y las vistas son increíbles. ¡No te olvides la cámara de fotos porque hay pocos lugares unas panorámicas así!
